Si nos hablan de la lana merina, todos sabemos que se trata de una de las lanas más apreciadas, y que su procedencia está en la oveja de raza merina, pero… ¿conocías todas estas curiosidades?
- Actualmente el 80 % de la lana merina consumida en el mundo procede de las 148 millones de ovejas merinas australianas. Además de Australia, la mayor parte de las cabezas se concentran en Estados Unidos, Argentina, Sudáfrica, Nueva Zelanda.
- La lana Merina tiene una de las fibras más finas y la calidad, resistencia, durabilidad y versatilidad del hilo que se obtiene la hace más preciada para el sector textil, sobre todo para la fabricación de ropa. Y, en concreto, la autóctona española, posee el mayor número de rizos y bucles naturales, lo que aporta más cuerpo, volumen y resistencia a las prendas en comparación a otras, como la australiana o la latinoamericana.
- La lana merina es cuatro veces más fina que el cabello humano y a la vez es más larga que las lanas corrientes proporcionando mayor resistencia. Además, tiene un tacto muy suave…¡y no pica!
- La raza Merina tiene procedencia española. Fue introducida en la península por la tribu bereber de los “Benimerines”, que la trajeron del norte de África durante la dominación musulmana. Posteriores teorías plantean la posibilidad de su mejora mediante cruces selectivos con razas autóctonas.
- En el año 1273, Alfonso X da carta de naturaleza real a la organización de La Mesta. La Mesta fue la organización de propietarios de la oveja merina que desarrollaron la raza y controlaron las migraciones de ésta. Ejerció un verdadero monopolio de lana fdurante cuatrocientos años (siglos XI al XVI) en su comercio con Flandes e Inglaterra, que era una gran fuente de ingreso para Castilla.
- La totalidad de la cabaña merina (o casi) era propiedad de los señores feudales (y luego la nobleza) y de la Iglesia. Sus rebaños pastaban los llanos del sur en invierno y las regiones montañosas norteñas en el verano, transitando de unos lugares a otros (trashumancia) con derecho de paso que estaban obligados a darles todos los pobladores y territorios que atravesaban, y de pasto en las comarcas de destino.
- Hasta el siglo XVIII la exportación de merinas de España era un crimen castigable con la muerte.
- En 1723 algunas se exportaron a Suecia. Fernando VI en 1765 y 1774 regala varias a su primo el Príncipe Xavier de Sajonia. Otras exportaciones posteriores a Hungría, Prusia y también a Louis XVI de Francia, que recibió 366 ovejas, confirmaron el fin del dominio y monopolio de España.
En 1792, 40 merinas son regaladas al Rey Jorge III de Inglaterra, con las que se fundaría la cabaña real en Kew. El Rey de España también dio algunas al gobierno holandés en 1790, que irían a recriarse en la colonia holandesa de El Capotillo (Sudáftrica). En 1797 un militar inglés compra alguna merina en Cape Town (la colonia holandesa de Sudáfrica) y las vendió nada más desembarcar en Sydney (Australia). En 1804 llegan a Australia siete carneros y una oveja de la cabaña del Rey Jorge III. En 1802, David Humphries, Embajador de Estados Unidos en España, Introdujo la merina Vermont en América del Norte, con una importación de 21 carneros y 70 ovejas. - Para 1802 la región de Sajonia tiene ya una cabaña 4 millones de Saxon Merino Sheep. Sus machos reproductores llegan a ser los más famosos del mundo y la lana alemana era el más fina y apreciada. Por el año 1801 Australia tenía 33.818 ovejas. Para 1830 la cabaña lanar australiana era de casi dos millones.
- Las guerras napoleónicas (1793-1813) casi destruyeron la industria de la merina española. La viejas cabañas de merinas fueron dispersadas o muertas. Después de 1810 la escena de la merina cambió a Alemania, EEUU y Australia.