El tejido a crochet o ganchillo es una técnica artística mediante la cual se utilizan hilos de lana y una aguja de tejer o ganchillo (de plástico, metal o madera), para la elaboración de diversos tejidos.
Esta técnica artesanal y manual consiste en crear una malla de tejido, pasando un anillo de hilo por encima de otro, entrelazándolos hasta formar el tejido a crochet.
La palabra crochet viene del francés antiguo “croc” o “croche”, que significa “gancho” y se usaba para unir piezas de encaje. Conocido como “Crochet” en Francia o Bélgica y paises sudamericanos, “ganchillo” en España, en los Paises Bajos se le conoce como “haken”, “haekling” en Dinamarca, “hekling” en Noruega, “virkning” en Suecia o “uncinetto” en Italia.
Es considerado un arte con orígenes remotos en las culturas árabe, americana y china, popularizándose en Europa a partir del siglo XVI. Las primeras referencias escritas aparecen en el libro “The Memoirs of a Highland Lady”, de Elizabeth Grant en 1812, y los primeros patrones publicados en la revista alemana “Penelope” en 1824.
Los orígenes del tejido de ganchillo se remontan a tiempos lejanos, pero nadie está absolutamente seguro de cuándo y dónde nació el crochet ya que no hay pruebas consistentes.
Hay quien dice que el procedimiento que se utiliza para realizar el ganchillo, estuvo presente durante los tiempos antiguos, pero el gancho o aguja que se usa ahora, aún no existía. La gente en aquel entonces, usaba sus dedos, con los que hacían trenzados, lazos y cadenetas.
En realidad, no existen evidencias convincentes en cuanto a su origen, aunque existen muchas teorias:
Una de ellas dice que se originó en Arabia, extendiéndose hacia el este al Tibet y hacia el oeste a España, siguiendo las rutas comerciales árabes a otros países mediterráneos.
Existe cierta evidencia de que en la América prehispánica se practicaba un tipo de crochet, principalmente al sur del continente.
Muchas fuentes indican que una especie de ganchillo se daba sobre el siglo XVI en Italia bajo el nombre del ‘ trabajo de la monja ‘ o del ‘ cordón de la monja, ‘ donde fue trabajado por las religiosas para los textiles de la iglesia.
En China, son conocidas un tipo de muñecas muy antiguas trabajadas en crochet (origen primitivo de los actuales “amigurumis”, del japonés “tejer peluche”), técnica que se expandió a Turquía, India, Persia y de África del norte a Europa sobre el siglo XVI conociéndose como “tambouring,” del “tambour francés” o del tambor:
En esta técnica, una tela de fondo es tensada y estirada en un marco o bastidor. El hilo de la labor se sostiene por debajo de la tela y entonces una aguja con un gancho se inserta hacia abajo y se hace una lazada a través de la tela. Con el lazo todavía en el gancho, este se inserta un poco más hacia adelante y con otra lazada del hilo se elabora un punto y se trabaja a través de la primer lazada para formar un punto cadena.
Finalmente, sobre el siglo XVIII, el “tambour” acabó derivando en lo que los franceses llamaban “crochet en el aire,” cuando la tela del fondo fue desechada, quedando entonces solo la puntada del hilo.
Finalmente, algunos estudiosos dicen que el arte moderno del crochet como lo conocemos hoy, fue desarrollado durante el siglo XVI. Se conocía como ‘ cordón del crochet ‘ en Francia y ‘ cordón de cadena ‘ en Inglaterra.
De lo que no cabe duda, es que comenzó a difundirse definitivamente en Europa a mediados del XIX, gracias a figuras como la de Mademoiselle Riego de la Branchardiere, auténtica pionera influencer de la época, emigrante francesa de padre franco-español y madre irlandesa, diseñadora, escritora y ganadora de varios premios por sus destrezas en artes manuales, que inspirada por las labores de las monjas del convento de Dublín, se preocupó de divulgar y enseñar, extendiendo el uso de patrones de crochet que publicó en gran cantidad de libros, de modo que alcanzase a un numeroso público que podía copiar fácilmente sus diseños. Heroína de la gran hambruna irlandesa, Eleonore Riego de la Branchardiere es considerada la madre del crochet moderno.
El 12 de septiembre fue designado en el 2007 como el “Día Internacional del Crochet” por iniciativa del artesano estadounidense Jim Price.
Creación de indumentaria y accesorios útiles o adornos, movimiento cultural, terapia médica, herramienta matemática, culminando con los kits de Abuela Ana, el ganchillo se ha ganado un lugar destacado en la historia de la creación e inventiva humana.
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